Traducciones Crackowia™ es un grupo dedicado a la traducción y localización de juegos y programas discontinuados (abandonware), pero, como dijimos en la sección de Inicio de nuestro sitio web, también llevamos a cabo la fabricación a pedido de reproducciones físicas de nuestras traducciones a modo de copia de seguridad de tu cartucho original, a condición de que lo tuvieres. Nuestras traducciones son obras derivadas de nuestra única y exclusiva autoría y derecho de copia concebible. Dichas reproducciones se realizan sin ninguna clase de ánimo de lucro.
Es un hecho que muchos de los juegos históricos no llegaron a tener existencia registrada en nuestro idioma, lo que privó a muchos jugadores de la posibilidad de disfrutar de ellos de tal manera hasta épocas de emulación tardía.
Es un hecho, por otra parte, que son muchos los coleccionistas y miembros de la comunidad retrolúdica que ansían poder llegar a disponer de tales joyas en su idioma en formato físico, y verlas funcionar en máquina real, tenerlas en sus manos, poder jugarlas como se habrían jugado en la época.
Nuestro objetivo con este proyecto no es otro que el de hacer una contribución y aporte a la comunidad haciendo tal sueño posible.
Queremos que quienes quieran no limitar la traducción extraoficial de juegos a los estrechos márgenes y límites de la emulación, puedan hacerlo. No obstante todo tiene un precio, y la fabricación de circuitos integrados retro en formato de cartucho compatible con la máquina real antigua, o el serigrafiado de discos magnéticos, compactos, o cintas con calidad de imprenta no es una excepción a esta norma: conlleva una dificultad y coste de fabricación que no podemos asumir de nuestros bolsillos.
Queda por descontado por ende que cualquier precio generado por el coste de los componentes necesarios para la fabricación de cualesquier cartuchos o el serigrafiado de cualesquier discos o cintas magnéticas, así como herramientas requeridas, costes de envío, o cualquier derivado en términos de esfuerzo, energía vital y tiempo invertidos, con el subsiguiente desgaste físico y mental que la fabricación artesanal en serie reiterada de este tipo de artilugios, con acabado profesional y de calidad, a menudo conlleva no recaerá en nuestro bolsillo, sino en el de la persona interesada, algo por otra parte totalmente lógico. Nosotros ponemos los componentes, las herramientas y nuestro trabajo, tiempo y esfuerzo, sólo pedimos a cambio su coste neto, sin clase alguna de contrapartida adicional, precio añadido o inflación que pueda suponer algún lucro. Teniendo todo esto claro estaremos encantados de ensamblar y producir tantos ejemplares físicos de nuestras traducciones y proyectos como la comunidad de usuarios y coleccionistas requiera y precise.
Por su parte, es responsabilidad en todo momento del usuario final el decidir atenerse o no a cuestiones de respeto a los derechos de copia de las obras originales que tenemos a bien traducir, y cuya traducción brindar en soporte tangible.
Según la normativa vigente se entiende que la descarga de una ROM o programa traducido y no digamos ya su adquisición en formato físico presupone que previamente el usuario ha adquirido por cauces comerciales o le ha sido cedida, trocada o regalada una copia original de la misma, habiéndole sido abonado su importe a la compañía. Nosotros brindamos al usuario la posibilidad de adquirir nuestras traducciones, que constituyen obras derivadas de otra previa, y que por tanto tienen sus propios derechos de autor (especificados en el Léame inserto en el archivo comprimido en que se distribuye). Para ello son tres los medios de adquisición de nuestra traducción que hacemos posibles: la descarga digital del parche, la descarga digital de la ROM parcheada, o la manufactura y adquisición de una reproducción física: en estos dos últimos casos, no se estarían infringiendo los derechos de autor de la obra original siempre que se poseyese un ejemplar original de la misma; en el primer caso, no se estarían infringiendo los derechos de autor incluso en caso de no poseerla, hasta el momento de su aplicación sobre la ROM original no traducida.
Pero seamos realistas: ¿quién no puede ingeniarse el modo hoy día de obtener por medio de internet o de recopilatorios de ROMs en CD's grabables preexistentes, muy habituales a finales de los 90, cualesquiera ROM's, y por la cabeza de quién en su sano juicio pasaría la descabellada idea de pretender controlar y fiscalizar quién las posee y quién no sin contar con ejemplares originales de todas y cada una de ellas? Semejante realidad no es practicable. Es más, carece de toda clase de sentido. Nosotros mismos para hacer muchas de nuestras traducciones hemos tenido que contar con ROM's obtenidas por medios digitales, cuyo coste monetario en caso de pretender poseer físicamente la totalidad de cuantas hayan podido llegar a pasar por nuestras manos ascendería a cantidades astronómicas, y hasta donde sé no nos hemos vuelto millonarios ni nos sobra el dinero para una hazaña semejante.
¿No constituye, pues, un derecho inalienable por parte de todo ser humano con independencia de su clase económica o su poder adquisitivo el poder acceder a la cultura y disfrutar del arte en todas sus manifestaciones existentes y diversas? ¿No se han inventado para ello cosas como las bibliotecas, o sin ir más lejos internet?, ¡o los museos! ¿Acaso no lo permiten? Caeríamos en una enorme hipocresía si pretendiéramos privar del acceso a ROM's no poseídas en formato físico de antemano a la comunidad, sin aplicar a nosotros mismos la misma regla en algún caso dado. Es por tamaño objetivo que decidió surgir a la luz un grupo como Crackowia: para poner el arte y el conocimiento a disposición de quien no puede costeárselo.
Es ésa la misma razón por la que decidimos poner nuestras traducciones y proyectos a disposición del público, en forma de libre descarga gratuita, sin exigir ni esperar contraprestación alguna. Tan sólo nos arrogamos la prerrogativa de tener el beneplácito de decidir quién puede y no fabricar unidades físicas de nuestras traducciones, y bajo qué condiciones, pero ni siquiera eso nos es posible aplicar hasta las últimas consecuencias en un océano como internet, tan incontrolable, porque sería pretender poner puertas al monte.
No nos queda más, pues, que añadir que cualquier responsabilidad por un uso indebido de los derechos de copia de cualesquiera obras originales que han sido objeto de nuestra traducción recae única y exclusivamente en el usuario final de las mismas. Y que no nos hacemos responsables por cualquier uso inadecuado que pudiere hacerse. Somos ROMhackers, no policías. Y no pretendemos serlo.
Cómo obtener tu propia copia de seguridad traducida
Si deseas adquirir tu propia reproducción romhackeada en calidad de copia de seguridad traducida no tienes más que ponerte en contacto con nosotros vía dirección de correo electrónico de Crackowia: [email protected] .
O en su defecto, acude a este enlace web: www.ebay.es/usr/crackowia . Pero volvemos a reiterarlo: al adquirir o encargarnos alguna de nuestras copias de seguridad traducidas te comprometes a que eres usuario legítimo del juego cuya copia adquieres, y a que por lo tanto posees un ejemplar original de dicho juego, al menos en forma de cartucho suelto y en su versión de menor coste, ya fuere ésta japonesa o norteamericana (dicha realidad se ve amparada por la Ley española de Propiedad Intelectual, R.D.L. 1/1996, de 12 de abril, artículo 100, apartados 1, 2 y 5; véase también artículo 99, apartados a] y b]). Esta misma filosofía opera para la descarga de cualquier ROM ya parcheada. En caso de no cumplir dicho requisito legal sin conocimiento por nuestra parte el usuario que nos encargare tal copia traducida estaría incurriendo en dolo, lo que nos exhimiría de toda responsabilidad legal. Nos curamos en salud así pues a efectos legales con este descargo de responsabilidad a la misma par que garantizamos que ello no interfiera en nuestra labor cultural y romhacker, y en hacer más accesible este viejo software discontinuado al usuario medio actual, poco ducho en la aplicación de parches y en fabricarse sus propias copias de seguridad, un derecho inalienable (toda vez que sean copias de seguridad de su original y no copias pirata) que se ve amparado y respaldado por la ley.